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Historia de los invernaderos de jardín: de la antigüedad a nuestros días

Desde la Antigüedad, la humanidad ha tratado de encontrar maneras de cultivar plantas más allá de las temporadas naturales. Los invernaderos, en su forma de habitáculos cerrados, llevan con nosotros desde hace milenios, para que las plantas crezcan en un entorno controlado y protegido. En Serres La Française, nos enorgullece formar parte de esta tradición y de ofrecer invernaderos de gran calidad para su jardín. Acompáñenos en este recorrido histórico y descubra cómo hemos llegado a los modernos invernaderos de jardín que conocemos hoy en día.



Los inicios en la Antigüedad

Los pepinos del Emperador

La primera documentación que referencia estructuras semejantes a los invernaderos se remonta a los tiempos de Plinio el Viejo, que escribió que el emperador Tiberio comía diariamente pepino armenio, y para su cultivo los jardineros empleaban sistemas de cultivo que podrían definirse como antecesores de los modernos invernaderos de jardín. Plantaban los vegetales en carros con ruedas, que ponían al sol todos los días y por la noche se llevaban al interior para evitar que los afectaran las heladas. Los guardaban en bastidores o casas para verduras, recubiertas de tela aceitada o con láminas de selenita o de mica, y eran conocidos como specularia. En su obra De re rustica, el autor agrícola romano Columella habla de plantas cultivadas en tinas que se guardaban en edificios construidos para ese propósito, además de las coberturas de vidrio mineral.

Sofisticación coreana

En el tratado sobre agricultura Sanga Yorok, que data de la década de 1450, se describe el primer ejemplo de un invernadero con calefacción. El autor, un médico de la dinastía Joseon de Corea, da instrucciones detalladas para construir un invernadero para cultivar vegetales durante el invierno y forzar la floración y la maduración de la fruta empleando el ondol, un sistema tradicional de calefacción por suelo radiante mediante una tubería bajo el suelo. Además de esto, se calentaba un caldero con agua para aumentar la humedad ambiental, y empleaba paneles de paño y paredes de cob o adobe. Estos son el primer ejemplo de invernaderos que controlaban activamente la temperatura con medios artificiales, además de emplear el sol como fuente de energía.

Los jardines botánicos del Renacimiento

Durante el siglo XVI, el interés por la botánica y el gusto por los cítricos motivó la creación de grandes jardines con naranjos y otros árboles frutales. Para protegerlos, al principio se construían estructuras temporales de madera durante el invierno. Sin embargo, a partir del s. XVII, se adoptó la práctica de plantar en macetas que se trasladaban a edificios cubiertos con arcadas orientadas para el sol.

Fue en Italia, que tenía una gran tradición de villas de recreo, donde comenzaron a usarse los cristales. Los avances en la tecnología de fabricación del vidrio fueron permitiendo fabricar ventanas de cristal cada vez más grandes en los edificios de protección del vidrio. En su país de origen, Italia, se les llamaba limonaia, pero en el resto de Europa se adoptó el término francés orangerie.

La explosión agrícola

El s. XVII: invernaderos a gran escala

En 1850, en los Países Bajos aparecieron los primeros invernaderos de horticultura, destinados al cultivo de uvas. Se emplearon edificios con calefacción y completamente acristalados, que aumentaron enormemente el rendimiento de las cosechas. Reino Unido les siguió poco después, con jardines con calefacción como el que se inauguró en el Chelsea Physics Garden. A partir de esta tendencia comenzaron a construirse los primeros grandes invernaderos en jardines como el de Versalles en Francia, dedicado a plantas decorativas.

La innovación tecnológica del siglo XIX

La Revolución Industrial trajo consigo dos grandes cambios de paradigma que motivaron la creación del invernadero moderno. La primera fue la explosión demográfica en las ciudades que forzó la búsqueda de maneras de alimentar a la nueva fuerza de trabajo. La segunda, las nuevas tecnologías de vidrio y acero permitieron crear estructuras mucho más grandes. Uno de los máximos exponentes de la arquitectura de acero y cristal fue el Crystal Palace de Hyde Park, en Londres, construido en 1851.

Siglo XX: fantasía y proliferación

El siglo XX fue una época de innovaciones, y los invernaderos no fueron una excepción. Los inventos arquitectónicos se aplicaron a estas estructuras, y los nuevos materiales como el polietileno, el aluminio y el acero galvanizado aligeraron la construcción, de manera que aparecieron formas como la pirámide y la cúpula geodésica, que pueden verse también en los invernaderos de jardín. El ejemplo más famoso de esta última fue el proyecto Biosfera 2, que se realizó a finales de los 80.

Además de las innovaciones en materiales, las nuevas técnicas de construcción con tramos de tuberías de agua o PVC abarataron costes y permitieron el montaje de los invernaderos a mano de obra menos cualificada, lo que propició la construcción de invernaderos en jardines y en granjas más pequeñas. A finales del siglo XX, los invernaderos eran ya algo asequible y común en todo el mundo.

El invernadero en España

El clima mediterráneo español fomentó la aparición del cultivo en invernadero. El primer ejemplo documentado data de la década de los 50, en el Parador de las Hortichuelas, pero fue en los 70 cuando realmente comenzó su proliferación, en particular en el sureste de España. Las provincias de Murcia, Alicante, Granada y Almería son los ejemplos más importantes del cultivo en invernadero en España. En particular en esta última, el gran número de invernaderos crea el llamado “Mar de plástico”, que es incluso visible desde el espacio.

El nacimiento del invernadero de jardín

El humilde invernadero de jardín doméstico data, en realidad, de los caprichos de Tiberio, pero su popularidad estalló a finales del siglo XX, con los mencionados avances en tecnología de materiales y crecimiento de la clase media. Los aficionados a la jardinería reconocieron el valor de tener un espacio protegido en sus propios jardines.

Los invernaderos de jardín vienen de una larga tradición de agricultura, desde los carros romanos y las grandes estructuras de uso industrial hasta los prácticos espacios que ofrecemos en Serres La Française. A lo largo de la historia, estos espacios han demostrado ser indispensables para aquellos que buscan cultivar más allá de las limitaciones estacionales. Con estos ejemplos de la Historia, esperamos haberle inspirado para hacer su propio invernadero de jardín a su gusto y descubrir cómo puede ser parte de esta historia.